sábado, 20 de febrero de 2010

"CONVERSION Y AUTENTICO CONOCIMIENTO DE CRISTO"

UN MENSAJE QUE MOTIVA DESPERTAR LA CONCIENCIA DE BUSCAR A DIOS MAS QUE A UNO MISMO.
Mis primeros meses que van transcurriendo aceleradamente aqui en ROMA, CENTRO DE NUESTRA IGLESIA, he comenzado a comprender hasta donde ha llegado ha influir, en la vida de muchisimas personas, este ambiente fuertemente materializado. Es realmente preocupante.

Sin embargo y no cabe duda que la Iglesia, siendo de Dios, Asistida por la Fuerza del Espiritu Santo, seguira ofreciendo muchas posibilidades para aferrarse fuertemente a El.

Contamos con la ayuda de la Liturgia. Sera desde aqui el que la Iglesia siga convocando, animando y exhortando a muchos para mantener la fidelidad y el encuentro renovador del Amor de Dios. Estos tiempos fuertes hacen despertar en muchos la valentia de acercarse de nuevo. He notado como muchos lo decean hacer en la Confesion o en la Eucaristia, o rezando el Viacrucis u otras formas de piedad, aunque sean solamente las personas ancianas, pero esto ayudara a otros.

Con mucha razon el Santo Padre, aprovechando estos momentos, no duda en hablar denunciando o advirtiendo, en muchas ocaciones, los males de nuestro tiempo. Les invito a estar en sintonia a traves de muchos medios de los distintos mensajes de Nuestro Papa.

Asi que queridos amigos, nosotros los sacerdotes tenemos entre nuestras manos un fuerte compromiso desde nuestra labor ministerial.

Les dejo con este texto que sigue acontinuacion del mensaje del Santo Padre para este tiempo.
Y al final algunas palabras que pronuncio el pasado Miercoles de Ceniza en la Audiencia General de los miercoles. Saludo a todos.


"Frente a la justicia de la Cruz, el hombre se puede rebelar, porque pone de manifiesto que el hombre no es un ser autárquico, sino que necesita de Otro para ser plenamente él mismo. Convertirse a Cristo, creer en el Evangelio, significa precisamente esto: salir de la ilusión de la autosuficiencia para descubrir y aceptar la propia indigencia, indigencia de los demás y de Dios, exigencia de su perdón y de su amistad.

Se entiende, entonces, como la fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar tener necesidad de Otro que me libere de lo "mío", para darme gratuitamente lo "suyo". Esto sucede especialmente en los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Gracias a la acción de Cristo, nosotros podemos entrar en la justicia "más grande", que es la del amor (cf. Rm 13,8-10), la justicia de quien en cualquier caso se siente siempre más deudor que acreedor, porque ha recibido más de lo que podía esperar.

Precisamente por la fuerza de esta experiencia, el cristiano se ve impulsado a contribuir a la formación de sociedades justas, donde todos reciban lo necesario para vivir según su propia dignidad de hombres y donde la justicia sea vivificada por el amor.

Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma culmina en el Triduo Pascual, en el que este año volveremos a celebrar la justicia divina, que es plenitud de caridad, de don y de salvación. Que este tiempo penitencial sea para todos los cristianos un tiempo de auténtica conversión y de intenso conocimiento del misterio de Cristo, que vino para cumplir toda justicia. Con estos sentimientos, os imparto a todos de corazón la bendición apostólica".


Durante la audiencia pública en el Vaticano el Papa exhortó a los creyentes a rechazar la
"fácil superficialidad", que caracteriza nuestro modo de vida
"que nos hace esclavos del mal" y a ir a contracorriente.
"Conversión es ir a contracorriente, donde la corriente es el estilo de vida superficial, incoherente e ilusorio, que muchas veces nos arrastra, nos domina, nos hace esclavos del mal y prisioneros de la mediocridad moral".