Con el corazón universal he tenido presente a cada uno de los sacerdotes, mientras participamos con emoción en la Misa Crismal en la Basilica Vaticana, junto al Santo Padre.
"He encontrado a David mi siervo
y lo he ungido con oleo sagrado
para que mi mano este siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso" (Sal. 88.
La Unción Sacerdotal nos asegura el brazo y la mano de Dios quien nos sostiene.
Una homilia siempre particular dirigida a cada sacerdote en el dia Sacerdotal.
El Santo Padre nos motivó a renovar nuestro sacerdocio, esto es, configurarnos mas a Cristo.
Nos pidió seguir por el camino de la Obediencia, imitando la de Jesucristo.
Nos recordó que el ser sacerdote supone olvidarnos de nosotros mismos y lograr que Jesucristo se manifieste en nuestras vidas.