jueves, 8 de diciembre de 2011

"DIOS TE SALVE, LLENA DE GRACIA"

Murillo nos ha dejado la preciosa imagen de la Virgen representando su Inmaculada Concepcion. Se concerva en el Museo del Prado, Madrid. Refleja la Santidad y belleza de la Gracia de Dios en Maria.

Fueron las palabras del Arcangel San Gabriel dedicadas a la Santisima Virgen Maria (Cf. Lc 1,28). La Encarnacion del Hijo de Dios exigia un lugar digno al entrar en la historia de la humanidad. "Para Dios no hay nada imposible" (Cf. Lc 1, 37) y lo ha demostrado preservando a la Virgen de toda mancha del pecado Original. La condicion de Maria refleja la plenitud de la vida cristiana y el de Jesucristo el plan de Dios en cada persona humana: "En El nos ha elegido antes de la creacion del mundo para ser santos e inmaculados en su presencia por el amor" (cf. Ef. 1,4).
Feliz fiesta en honor de la Santisima Virgen Maria.

Les dejo a considerar en breve la explicacion de este dogma mariano:

En la Constitución Ineffabilis Deus de 8 de Diciembre de 1854, Pío IX pronunció y definió que la Santísima Virgen María «en el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia concedidos por Dios, en vista de los méritos de Jesucristo, el Salvador del linaje humano, fue preservada de toda mancha de pecado original». De esta manera proclamaba como dogma de fe de forma definitiva lo que la tradición popular había sostenido desde los comienzos de la Iglesia.

En la Sagrada Escritura encontramos algunas referencias (aunque no directas) a la Virgen. El primer pasaje escriturístico que contiene la promesa de la redención menciona también a la Madre del Redentor: “Yo pondré enemistad entre ti y la mujer y su estirpe;ella aplastará tu cabeza cuando tú aceches para morderle su talón” (Génesis 3:15).

Respecto de la impecabilidad de María, los antiguos Padres son muy cautelosos, aunque insisten en dos puntos sobre todo: la absoluta pureza de María y su posición como segunda Eva (Cfr. 1 Cor 15:22). Esta celebrada comparación entre Eva, por algún tiempo inmaculada e incorrupta -no sujeta al pecado original- y la Santísima Virgen es desarrollado por varios Padres de la Iglesia: San Justino, San Ireneo de Lyon,Tertuliano, San Cirilo de Jerusalén y Sedulioentre otros. Los escritos patrísticos sobre la absoluta pureza de María son muy abundantes: Orígenes la llama «digna de Dios, inmaculada del inmaculado, la más completa santidad, perfecta justicia, ni engañada por la persuasión de la serpiente, ni infectada con su venenoso aliento». San Ambrosio dice que «es incorrupta, una virgen inmune por la gracia de toda mancha de pecado». San Agustín declara que todos los justos han conocido verdaderamente el pecado «excepto la Santa Virgen María, de quien, por el honor del Señor, yo no pondría en cuestión nada en lo que concierne al pecado». Los Padres sirios nunca se cansaron de ensalzar la impecabilidad de María. San Efrén describe la excelencia de la gracia y santidad de María: «La Santísima Señora, Madre de Dios, la única pura en alma y cuerpo, la única que excede toda perfección de pureza, única morada de todas las gracias del más Santo Espíritu [..], mi Señora santísima, purísima, sin corrupción, la solamente inmaculada». Por otra parte en el evangelio de San Lucas, el saludo del ángel Gabriel (Cfr. Lucas 1:28) “Dios te salve, llena de gracia” , “chaire kecharitomene”, indica una alabanza a la abundancia de gracia, un sobrenatural estado del alma agradable a Dios, que encuentra explicación sólo en la Inmaculada Concepción de María. También se han visto referencias a la Virgen María en el libro de los Proverbios, el Eclesiático y el Cantar de los Cantares (Cfr. Cant. 4:7).