



Aunque no puedan creernos, no hemos podido coincidir estar un momento juntos los cuatro compagneros sacerdotes que nos encontramos en Roma. Ayer, de modo especial, hemos logrado, junto al P. Juan Pablo Poz, y yo, pasar unos momentos juntos. Hemos pasado un momento especial visitando las impresionante catacumbas de San Calixto. A un dia para comenzar nuestras lecciones universitarias, hemos asistido, con espirito de peregrinos, a estos santos lugares pidiendo la fortaleza y valentia de tantos cristianos que han sido martirizados dentro de estas paredes, realmente frios, pero que custodian y silencian tantos hechos, acontecimientos historicos que seguiran siendo fundamentos y testimonios vivos del Evangelio.
Pasar por estas paredes y estos cementerios frios, ha sido revivir las raices del cristianismo. Tantos hechos y martirios que han ocurrido dentro motiva siempre a toda persona que tiene la oportunidad de caminar por estos pasillos. El silencio y la soledad que invade estos lugares despierta en cualquiera el Misterio de Dios. Mientras escuchabamos a nuestro guia, quien nos explicaba detalladamente cada lugar dentro de las catacumbas, he aprovechado para rezar y encomendar a tantos amigos y conocidos, pidiendo por todos la misma fortaleza para testimoniar la vida cristiana. Recuerdos especiales a todos. Desde Roma.
Ha seguir enriqueciendo la fuente del saber y del espìritu, les encomendamos, saludos.
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